jueves, 30 de diciembre de 2010

BUENOS CONSEJOS ... por: Américo Giannelli

El recibir y dar consejos es una experiencia de todas las personas. Comenzando por nuestra niñez, pasando por la adolescencia y la juventud. Siempre que hay alguien más grande o con mas trayectoria en la vida, hemos de recibir alguna indicación.

En nuestra juventud, pensamos que al llegar a la edad madura terminaríamos con una práctica que para la gente joven se convierte muchas veces en algo tedioso. Ahora, con unos cuantos años más nos damos cuenta que el "aconsejamiento" es una práctica siempre vigente.

No renegamos de los consejos, los hemos recibido en cantidad y muy buenos, con toda seguridad nos hubiéramos evitado muchos problemas si los hubiésemos puesto en práctica. La Biblia nos enseña acerca del valor de los consejos, Salomón decía "Cuando falta el consejo, fracasan los planes; cuando abunda el consejo, prosperan" (Prov. 15:22 NVI).

Ahora bien, sucede que las personas son muy reacias a recibir consejos. En ese sentido quisiéramos apuntar dos motivos fundamentales: por una parte la actitud de los jóvenes y por otra la actitud de los mayores; ya que todos tenemos algo que ver en esta situación.

Un buen ejemplo de lo que les sucede a los jóvenes, lo hallamos en la parábola del hijo pródigo. Allí podemos observar a un joven impaciente, que deseaba independencia, como una forma de ser feliz. En términos generales, cualquier chico o muchacho que se encuentre por tomar esta determinación en su vida, recibe un consejo o amonestación por parte de sus padres. Probablemente, por la descripción del carácter que nos hace el Señor Jesús acerca de este padre, el joven hijo pródigo no tuvo escasez de consejo. No obstante lo vemos hacer su propia voluntad.

Esta es una cuestión muy curiosa del ser humano. Muchas veces el deseo de hacer cosas o tomar decisiones, es mas fuerte que todas las advertencias juntas. Este es un proceso que se observa con claridad en la juventud, pero que también se manifiesta en todas las etapas de la vida. Pensando en los proverbios de Salomón, encontramos una lección más: "El prudente ve el peligro y lo evita, el inexperto sigue adelante y sufre las consecuencias" (Prov. 22:3 NVI). Un signo de sabiduría o prudencia, es poder advertir el peligro y evitarlo, este es un proceso en el cual indefectiblemente necesitamos la orientación o el consejo que nos permita darnos cuenta de la situación peligrosa. ¡Gracias a Dios, porque siempre presenta señales en nuestro camino!, por medio de su Palabra y por el consejo de hermanos que nos guían para que no erremos.

También es bueno poder observar el problema desde el punto de vista de aquel que da un consejo. Pablo escribe en este sentido a Tito en cap. 2:6-8. Le pide que recomiende a los jóvenes a ser prudentes o sensatos. Esta es una recomendación muy valiosa, porque los ímpetus y desafíos de la juventud hace que muchas veces no seamos prudentes, sino que nos precipitemos en nuestras decisiones. Ser prudentes es un consejo inobjetable. Ahora bien, fijémosno que Pablo hace un gran hincapié en el respaldo moral y espiritual del consejero.

Ese respaldo a que Pablo hace referencia, se compone de dos aspectos fundamentales: primeramente ejemplo de vida demostrada a través de buenas obras, luego una enseñanza avalada por la integridad, la seriedad y un mensaje bien fundamentado.

Así que, es muy bueno tener capacidad y conocimiento para dar un correcto consejo, pero notamos que sin el respaldo moral y espiritual, tal vez lo que estamos consiguiendo es todo lo contrario a lo que dictan nuestras buenas intenciones.

Como dijimos al comienzo, a lo largo de toda nuestra vida hemos escuchado cantidad de consejos, muchos y muy buenos, y con buenas intenciones; pero en algunos casos sin ningún respaldo de vida. ¿Eso produce un rechazo por parte del joven de todo lo recibido?. En algunos casos termina siendo una enorme piedra de tropiezo, ya que la falsedad e hipocresía colaboran en apartar del camino al hermano que anda en dificultades espirituales. En otros casos, un consejo sin respaldo, es algo mas de lo mucho que se escucha. Pero quisiéramos dar nuestro testimonio de nuestra experiencia, los buenos consejos dados por buenos hermanos, fueron los que nos orientaron en nuestra vida, y los que nos sirvieron de dura reprensión cuando erramos el camino.

Hay un atributo de Dios que no siempre se mencionan en los libros de teología, y sin embargo se puede observar claramente: el equilibrio. Nuestro Dios es así, armonía, equilibrio en su persona y en el universo creado por Él. Los creyentes debemos imitar esta característica divina en todas nuestras relaciones: familia, trabajo, amistad, iglesia, y también en el arte de aconsejar y en la disposición para ser aconsejado.

Queridos hermanos jóvenes, tienen por delante un enorme desafío a lo largo de sus vidas, si el Señor no viene antes: el ser luminarias en este mundo, y vivir vidas de compromiso con Él a contramano de lo que dicta el sistema mundo gobernado por Satanás. En ese sentido, la Palabra de Dios nos llama a fortalecernos en el poder de la fuerza del Señor (Ef. 6:10), también hallamos en ella que Él nos ha dejado su Santo Espíritu para que nos guíe a toda verdad (Jn. 16:33), pero también observamos que nos ha provisto de la exhortación oportuna a través de hermanos que con sabiduría e integridad nos aconsejan como en el caso citado de Tito. No dejemos caer en saco roto la amonestación pertinente que tiene por fin orientarnos; la soberbia y el orgullo cierran el corazón y la mente, y ese es el gran fracaso del cristiano, no importa cual sea su edad.

Queridos hermanos mayores es buena la experiencia, y muy buena la intención de transmitirla a aquellos que nos siguen, pero no olvidemos la exhortación de Pablo a Tito. Tal vez lo podamos parafrasear de esta manera: Un buen consejo, dado por un buen consejero, será una eficaz herramienta en la vida del aconsejado.

viernes, 24 de diciembre de 2010

" EL GOZO " (Estado de paz en el alma) por: José M. Zorrilla

"como días en que los Judíos tuvieron paz de sus enemigos, y como el mes de tristeza se les cambio en alegría, y de luto en día bueno; que los hiciesen días de banquete de GOZO, y para enviar porciones cada uno a su vecino, y dádivas a los pobres"
Ester 9: 22


Cuando se habla de gozo en la sociedad contemporánea, se utiliza un vocabulario casi desconocido; como un tema desencajado de la realidad. Precisamente ésto me llevó a pensar en cómo era la sociedad que tuvo que enfrentar una comunidad judía unos 500 años antes de Cristo, en la nación Persa, y más específicamente en su capital Susa, con el rey Asuero y Ester que llegó a ser la reina.

La sociedad era intrigante, corrupta y violenta, con un primer ministro que era un verdadero enemigo público, ¡como para hablar de gozo en medio de ese caos!

Pero sucedió que fueron destruídos los enemigos, y esto es lo primero que se necesita para tener GOZO, paz en el alma. El GOZO, se diferencia con la alegría en que ésta es pasajera, inestable y circunstancial, porque se provoca desde el exterior, desde afuera afectando los sentidos y las emociones que explotan en risas y algarabías, pero toda la euforia es breve y muchas veces incoherente y no pocas veces se produce ante las lágrimas de otros, como vemos en un caso muy común; la caída de otra persona en forma inesperada.

En otro caso se necesitan ruidos o música estridente desde el exterior, y tiene la característica de ser individualista, como una especie de egoísmo manifiesto, porque se desprecia el derecho de otros. Pero estamos hablando de GOZO, que es un fruto del Espíritu Santo, por lo tanto es interna. La motivación comienza adentro del corazón, es decir, desde lo más íntimo del ser humano.

Volviendo al pasaje bíblico del principio, (que recomiendo leer en el libro de Ester), fue necesario primero destruir a los enemigos que habían implantado el terror en las personas y hacían gran daño. En aquella oportunidad era con nombres y apellido como el nefasto primer ministro Amán y sus secuaces.

Hoy donde el GOZO está tan ausente, y parece que las personas andamos con vestiduras de cilicio, (negras); y la tristeza se ve en los rostros, necesitamos la valentía y la decisión de la reina Ester y todo el pueblo con ella de volver a la dependencia de DIOS como ellos lo hicieron, y aunque no se nombre a DIOS en todo el libro, el Señor está tácito en cada acción del pueblo de Israel.-

Hoy también existen enemigos en el corazón que siembran el miedo y la angustia, ellos se presentan con nombres diferentes como: la INDULGENCIA personal, la tolerancia a toda especie de pecados, especialmente los sutiles como los celos, la envidia, el rencor, la rebeldía de no respetar las autoridades, y la liviandad de aceptar hechos reñidos con la moral, y toda la libertad, mejor dicho el libertinaje de tomar irresponsablemente las cosas sagradas. Tal vez se piense que exagero, pero pregúntese ¿dónde está la reverencia que DIOS merece y la atención que Dios aprecia mas que las grosuras (excelencias) de los sacrificios? (1ª Samuel 15:22).

Estos son los enemigos que hay que destruir de una vez por todas, entonces se volverá a implantar el GOZO en los corazones. Gracias a Dios tenemos los mismos y aún mayores recursos. El Señor Jesucristo ha provisto la más eficaz herramienta para la libertad verdadera, y destruir el pecado de nuestros corazones, ÉL con el sacrificio único de la cruz quitó de en medio el pecado, lo destruyó, haciendo la paz mediante la sangre de la cruz; (Colosenses 1:20 b)

Así que, cualquier persona agobiada por el pecado en su corazón, o con la desesperación y la impotencia de su propia naturaleza, puede confesarlo, verdaderamente arrepentido y aceptar a Jesucristo como Salvador y Señor de su vida. VENCE el terrible enemigo y el primer efecto del perdón es la paz del alma; experimentando el gozo por la justificación por medio de la fe, y esto a pesar de las circunstancias y el momento adverso que estemos viviendo.

El GOZO es fruto de la Persona del Espíritu Santo, es contagioso y participativo; necesariamente produce un cambio del egoísmo hacia la solidaridad y la participación, como vemos en el pasaje bíblico comentado; la tristeza y el luto se cambió en banquete y el envío de porciones, (de alimentos), y el GOZO alcanzó aún a los pobres. Así que en lugar de pálidas, quejas, lamentos y murmuraciones, disfrutaban de enorme GOZO. El pensar y hablar el tema ya nos produce GOZO en el corazón.

Pero amado lector, recuerde que no viene de afuera, sino que emerge desde el fondo del alma es un estado de paz, y no son las circunstancias buenas o malas, sino que JESUCRISTO mismo es el objeto del GOZO.

En la Biblia tenemos registrados casos de situaciones difíciles, como Pablo y Silas, en el calabozo de Filipos (Hechos 16:24-25), o al mismo Pablo animando aún frente un naufragio (Hechos 27:33-38). Ahora bien, cuando hablamos de GOZO, no estamos diciendo que la risa está incorporada al creyente, también hay lágrimas en la vida cristiana, pero qué diferente es saber que hemos sido aceptos en ÉL, y la justificación otorgada por la fe en su obra, permite gozar de paz permanente, somos perdonados y consolados por Dios mismo en Cristo el Señor.-

Termino mi comentario señalando que aquella admirable gente, fue responsable de cambiar, su situación volviendo sus rostros al Señor de los cielos; así se entiende cuando Mardoqueo rasga sus vestidos y clamando con amargura en la ciudad el pueblo se suma al clamor (Ester 4:1-3).

La oración, es el más grande recurso que tenemos para buscar a DIOS, que nos oirá, más todavía, nos responderá con acciones maravillosas que pueden cambiar nuestras tristezas en Gozo verdadero y esto aunque las circunstancias adversas persistan (Jeremías 33: 2-3).

Dijo Jesucristo: "estas cosas os he hablado para que MI GOZO esté en vosotros" (San Juan 15:11) ... y vuestro GOZO sea cumplido o completo y así como dice una canción: "EL GOZO DEL SEÑOR MI FORTALEZA ES ".

lunes, 20 de diciembre de 2010

ESPOSA IDONEA EN TIEMPO DE ESCASEZ por: Irma R.C. de Gutiérrez.

Cuando pensamos en el término idónea, en nuestra mente se refleja la escena del Edén, ese paraíso terrenal donde Dios colocó a la máxima expresión de su creación. La soledad no era buena, faltaba una "ayuda idónea" (Génesis 2:18,20). Fue así, que del costado de Adán, debajo de su brazo y cerca de su corazón, Jehová-Dios extrajo la compañera adecuada (idónea es adecuada), de igual naturaleza, pero que requiere de su protección y amor. La flamante pareja poseía todo, habitación, alimento, trabajo, disfrute mutuo y goce de la comunión con Dios.

Pero el encanto se destruyó. Eva tomó, comió y dio sin consultar. Asumió el liderazgo, desvirtuándose el propósito para el cual fue creada. La consecuencia fue terrible, no sólo su transgresión afectó a su marido (1° Timoteo 2:14), sino que abrió las puertas del mundo al pecado. Por lo que la muerte pasó a todos los hombres (Romanos 5:12).

Vienen a mi mente dos matrimonios de la iglesia primitiva, de actitudes totalmente opuestas: Ananías y Safira pudieron llegar a destruir la pureza de la naciente iglesia de Jerusalén. (Hechos 5:1-11); por el contrario, Priscila y Aquila instruyendo delicadamente a un elocuente predicador sobre el evangelio cristiano y su aplicación, defendieron con valor la fe cristiana (Hechos 18:18,19, 24 al 26).

Ahora bien, ¿qué señalan las Escrituras respecto a estas esposas?

Safira, no sólo conocía el plan engañoso de Ananías, sino que convino en formularlo. Cuando fue interrogada por Pedro, su ceguera espiritual era tal que respondió sin intención de apartarse del camino del engaño. Quizás la codicia, el amor al dinero, el buscar alabanza ó la atracción de la bondad demostrada por generosos hermanos (Hechos 2:45; 4:34 al 37) la condujeron a cometer en complicidad un grave pecado contra Dios. Ante la existencia de bienes materiales, ella es un ejemplo negativo de idoneidad.-

Priscila, junto a Aquila formaban un equipo de ayuda al apóstol Pablo. En algunas ocasiones su nombre precede al de su esposo, entre otros pasajes 2 Tim 4:19. "Priscila parece haber aplicado su aguda mente al conocimiento y a la interpretación de las Escrituras. De ahí que obtuvo preeminencia.". (Kistemaker). Valiente, decidida (Apolos era un educador entendido), colaboradora arriesgada, activa en el servicio. (Romanos 16:3-5a), humilde artesana. Todo un ejemplo positivo de idoneidad.

Kidner comenta "la mujer es la que hace o deshace a su marido (un "bien" dado por Dios, Prov. 18:22; 19:14; de hecho, su "corona" o, de lo contrario, "carcoma en sus huesos", Prov. 12:4)". ¿No es difícil ser esposa idónea bajo los parámetros que la Biblia indica, en tiempo de escasez ó en tiempo de abundancia? Si bien pareciera que en éste último no es así, (no te fíes, las apariencias engañan), medita en las palabras de Proverbios 30: 8b-9.

Nos preguntamos entonces, ¿cuál es el secreto para llegar a ser la esposa adecuada que Dios ha determinado? (Efesios 5:18-21). Sin someterse al esposo en el temor de Dios, ¿se puede ser ayuda idónea? Dice MacDonald "sometimiento nunca implica inferioridad. El Señor Jesús se somete a Dios Padre, pero no es inferior en absoluto a Él". ¿No es el resultado de la llenura del Espíritu? ¿Es posible estar llena del Espíritu, si no he reconocido a Cristo como Dueño y Señor de mi vida?. Y si Él es mi Dueño, mi voluntad le será rendida. Mi corazón lleno de Su amor buscará inconscientemente someterse hacia la autoridad del ser amado, porque de esa manera se someterá a la autoridad de Dios. Un reconocimiento fundado en el amor a Dios, un reconocimiento que el Espíritu Santo siembra cuando le dejamos actuar. No importa si el tiempo que nos toca vivir es de escasez o de abundancia. La idoneidad es independiente de la circunstancia, porque una esposa idónea, sólo puede ser tal, cuando el Espíritu Santo actúa en su vida, pues sólo así manifiesta Su fruto. (Gálatas 5:22-23).

Ahora bien, para ser esposa idónea en tiempo de escasez (entendiendo toda situación insuficiente), qué importante es recordar Proverbios 19:14: "La casa y las riquezas son herencia de los padres; más de Jehová la mujer prudente". M. Henry, expresa: "...esto es un regalo de Dios... La esposa no se hereda; se la encuentra en el lugar y el momento que Dios dispone". Por lo tanto, si somos para nuestro esposo un regalo de Dios, debemos ser de gran bendición para él, entonces ¿por qué no pensar que podemos ser el medio que Dios utilice para suplir aquello que le llegue a faltar? Filipenses 4:19.

Por eso, en esta sociedad actual, que nos obliga a correr como gacela en el bosque y luchamos por nuestro amor, adoración y servicio a nuestro Señor, esta sociedad que a veces nos hace llorar en silencio, y nos hace llorar porque amamos y no entendemos ¿ por qué la escasez es una sombra que rodea nuestro hogar? Acaso, ¿no nos detuvimos a pensar que el adversario ataca donde más duele y que su estrategia de guerra cambia según los tiempos?. Recordemos que tenemos un Padre amoroso que desea lo mejor para nosotras y para nuestro hogar, aunque las circunstancias parezcan adversas (Romanos 8:28). Oremos, clamemos, consolemos, animemos, seamos prudentes y esperemos. Esperemos confiadamente en nuestro Señor, que aquí tenemos una promesa. "Los que buscan a Jehová no tendrán falta de ningún bien". (Salmo 34:10b) Bevan dice "La bondad de Dios es multiforme, será según nuestra necesidad. Tenemos aquí una promesa tan ancha como nuestra necesidad y tan honda como nuestra aflicción".

Y para concluir no podemos dejar de pensar en el retrato que traza Proverbios 31:10-31, que aunque representa una dama de cierta posición en la sociedad oriental que maneja sirvientes y tiene dinero para invertir, igual podemos aplicarlo a nuestro tema. Basta detenerse en las virtudes que contiene la expresión hebrea "éset jayil" con la que se designa a esta mujer: prudencia, fidelidad, laboriosidad, generosidad, iniciativa. Virtudes tales que si en nosotras se reflejan, seremos para nuestro marido sin lugar a dudas, la esposa idónea que el Señor en su gran bondad le ha provisto, porque su corazón habrá experimentado que en nosotras está confiado. (Prov 31:11)

jueves, 9 de diciembre de 2010

A LA CASA DE JEHOVÁ IREMOS Por: Juan Garcia

La frase está en el Sl.122:1: “Yo me alegré con los que me decían: A la casa de Jehová iremos”. Los salmos 120 a 134 llevan como título o explicación “Cántico gradual”,(sin que esto sea parte de la inspiración divina). En realidad no se sabe con certeza qué significa; pero algunos estudiosos creen (y nos parece muy probable) que eran cánticos que entonaban los peregrinos hebreos que cumplían con lo que dice en Ex.23:l7:”Tres veces en el año se presentará todo varón delante de Jehová el Señor”. Se iban formando caravanas desde Galilea en el Norte que se hacían a veces muy numerosas (Lc.2:41–45) mientras avanzaban hacia el Sur. En el Sl.121 se exalta la confianza en el cuidado divino por los peligros (por lo accidentado) del camino:”No dará tu pie al resbaladero, ni se dormirá el que te guarda...El sol no te fatigará de día, ni la luna de noche”. En el 133 ya llegaron: “!Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía!”. Están juntos y en armonía. Son 12 tribus; cada una con sus particularidades; con distintos niveles sociales, económicos, culturales; ¿qué los unía?.Eran todos de una misma familia, hijos de Abraham y Sara. Pero fundamentalmente lo que los congregaba era que todos tenían un mismo DIOS, el Vivo y Verdadero, cuya Presencia estaba representada por el arca colocada en el lugar santísimo. Ellos sabían bien que en la mesa de los panes de la proposición estaban representadas las 12 tribus, y en pectoral del sumo sacerdote estaban identificados por sus nombres escritos en piedras preciosas; incluso cuando la nación se dividió en 2 reinos, allí seguían estando juntas.
Hoy “la casa de Dios” no es un edificio levantado en un punto geográfico determinado, como ya lo anticipó el Señor mismo a la mujer samaritana (Jn.4:21–24), sino el conjunto de renacidos en sí. Leemos en l Tm.3:15: “...para que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la Iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad”.(Otras referencias ampliatorias se registran en Ef.2:19–22 y 1 Pd.2:5, etc.) Cada creyente es una parte viva de la “casa de Dios” por el Espíritu Santo que mora en él. Cuando uno de nosotros hace referencia a “la Iglesia”,jamás debe pensar en que es algo aparte de uno mismo; y menos sentir, hablar o actuar como si a uno no le tocara.
NUESTRA ACTITUD HACIA LA IGLESIA. La Iglesia como un todo es amada, respetada; también debe ser respetada y amada la Iglesia local, que viene a ser una pequeña parte de la Iglesia universal, conservando por su adecuación a la Palabra de Dios todas las características básicas de la “Iglesia del Dios viviente”.
“Yo me alegré con los que me decían: a la casa de Dios iremos”. No le alegrarían esas mismas personas si fueran a la casa de Baal o a un acontecimiento mundano o de gratificación carnal. Son una bendición en nuestra vida los hermanos que nos estimulan con su ejemplo a ir juntos a la Presencia del Señor. Es motivo de gran gratitud el tener comunión efectiva con hermanos así. Hace poco le agradecí a un hermano. porque su amistad me resulta edificante para mi vida espiritual.
Por otra parte las palabras del salmista son un inspirador testimonio personal. Ir a la casa del Señor era un propósito, un proyecto; todavía no van, pero ante la resolución de ir él ya tiene motivo de gozo, de alegría. No hay aquí ni sombra de “la penosa obligación que el creyente tiene que cumplir”. Sí hay gozo santo que hace de la oportunidad una verdadera fiesta para el espíritu..
Desde luego la comunión enriquecedora entre los hermanos es un efecto; la causa primordial es la comunión con el mismo Señor.
NUESTRA ACTITUD AL REUNIRNOS COMO IGLESIA. QUE SOMOS. En primer lugar recordamos la exhortación de Heb. 10:25: “...no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca”..A veces nos vemos privados de asistir por razones de fuerza mayor. Suele ser un problema el que al desaparecer la razón de la inasistencia a la razón la suplanta la costumbre de no concurrir.
En una Iglesia en la que estuve sirviendo al Señor en varias oportunidades me llamó la atención el versículo que tenían escrito en la parte superior detrás del púlpito: “Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”.(Mt.18:20). En cierta manera estas palabras de nuestro Señor Jesucristo han sido y son aún lo que podríamos calificar de distintivo de los hermanos que nos reunimos sin ningún nombre denominacional, basando nuestro congregarnos en la seguridad de que EL cumple Su Promesa (no puede ser de otro modo) de estar “en medio”. EL su bendita Persona es quien nuclea a los Suyos. Oro al Señor para que por Su Espíritu ésta sea mi experiencia cada vez mas profunda, mas real, y no solo una verdad un tanto difusa.

lunes, 6 de diciembre de 2010

El argumento más fuerte. Por: Américo Giannelli

Sin lugar a dudas la Biblia es un libro singular. Esta colección de sesenta y seis libros, que fuera escrita por la más diversa gama de escritores (reyes, gobernantes, soldados, pescadores, pastores, cobradores de impuestos etc.), y en un amplio período de tiempo, tiene la virtud de ser un libro homogéneo y sin contradicciones, esto no por arbitrio de la casualidad, sino por una razón que la Biblia misma nos da: "...los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo" (2ª Pedro 1:21). La Biblia es entonces un libro único por el origen de su escritura, e insuperable en su impresión y circulación (se llevan millones de ejemplares distribuidos en todo el mundo y en la mayor variedad de idiomas conocidos)

También hay un aspecto en el cual la Biblia es realmente singular: Es el libro más combatido. En el desmedido afán por encontrar errores, contradicciones o falsedades; se han sumergido en distintas épocas de la historia, filósofos, políticos, científicos e historiadores. En el mismo sentido se han sumado voces con el sólo propósito de desprestigiar la calidad y pureza del mensaje bíblico, con argumentos de distinta índole.

Sin embargo uno de los argumentos más comunes contrarios a la Palabra de Dios y que es muy usado por las personas es: "Yo no creo en la Biblia", o "si bien es un libro moralmente bueno, no creo que sea la Palabra de Dios".

En una charla en la clase de la Escuela Dominical, un hermano dijo con razón: "Este tal vez sea, el argumento que cierra toda posibilidad a la predicación del evangelio", seguramente porque sin las Escrituras es muy difícil predicar acerca del amor de Dios y la fe en Cristo, verdades que se encuentran solamente en la Biblia.

La negación es el argumento preferido de la humanidad. Desde Adán y Eva en adelante, el negar los hechos ha sido el recurso más usado por los hombres para esconder sus errores y zafar de los problemas, pero también verse enredado en una trampa de la cual es muy difícil salir.

Entonces, ¿Qué decir cuando se nos presenta semejante argumento?. En primer lugar deberíamos tener en claro que la misión del cristiano es anunciar el evangelio y presentar defensa de la razón de nuestra esperanza (1ª Pedro 3:15), pero ello no implica envolvernos en discusiones y polémicas. ¿Cuál debe ser nuestra actitud?. Como nos está diciendo el apóstol Pedro, "presentar defensa con mansedumbre y reverencia". En ese sentido queremos aportar un argumento, que lejos de ser capcioso, encierra grandes verdades que son irrefutables, justamente porque contiene la verdad.

Hace ya muchos años, un hermano nos dio tres razones por las cuales él cree en la Biblia: La primera hace referencia a Israel. Dios en su Palabra profusamente hace referencia a su pueblo terrenal. La Biblia contiene la historia de esta nación y todas las promesas hechas a Israel, muchas de ellas ya se han cumplido y otras con total seguridad han de cumplirse.

La segunda razón presenta al Señor Jesús. El Antiguo Testamento proféticamente anuncia su nacimiento, vida, muerte y resurrección. El Nuevo Testamento, por su parte, nos narra la historia de su vida y sus enseñanzas. La historia secular confirma la existencia de Cristo en la tierra, su nacimiento sirve de inicio para el conteo de los años, y si bien muchas personas no creen en Cristo, nadie duda acerca de la veracidad de su existencia.

Las dos primeras razones son fácilmente comprobables, porque los hechos históricos así lo demuestran. Ahora bien la tercera razón es la más fuerte: La experiencia del encuentro personal con Cristo. El hermano había comprobado que aquello que dice la Biblia acerca de "que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas" (2ª Cor. 5:17) era absolutamente cierto.

Realmente ante tan importante argumento, no hay lugar a dudas propias, porque es nuestra experiencia con Cristo y al estar en Paz con Dios, esto nos permite disfrutar de la Paz de Dios; tampoco hay lugar a dudas ajenas, porque el cambio en nuestras vidas es el testimonio más elocuente del mensaje cristiano.

En ese sentido podemos observar con atención a la mujer samaritana, ella ha tenido un encuentro con Cristo, y esa experiencia motiva a las personas del lugar a conocerle y creer en Él (Jn. 4:39-42).

Es bien cierto que la doctrina cristiana no está basada en experiencias personales, sino en los principios fundamentales que encontramos en la Biblia. Pero también es correcto que el argumento más fuerte en defensa de la fe y la Biblia es nuestra vivencia, en donde comprobamos el poder de Dios en la salvación, Su amoroso cuidado en cada instante de nuestra vida, Su paz dándonos descanso en un mundo tan conflictivo, Su fortaleza dando vigor a nuestra vida y Su guía orientándonos permanentemente.

¡Qué importante es el testimonio personal!, habla mejor y con más profundidad al alma humana que cualquier mensaje dado por el más convincente predicador; por eso pensamos que es el más fuerte argumento en defensa de la fe y la Palabra, pero también las más poderosa declaración del evangelio, porque es la demostración del poder de Dios en la salvación del alma.