lunes, 16 de agosto de 2010

"Siervos de Dios ¡obrad!" por Juan A.Garcia

La frase del titulo del incisivo cántico 220 de nuestro himnario, vino a mi mente a propósito del panorama que tenemos por delante si el Señor no viene antes a buscar a su iglesia.

Ya se acerca el tiempo de la reiniciación de actividades que se suspenden a fines de año. Las que no se interrumpieron como la Cena del Señor, oración y estudio, los mensajes los domingos a la noche, ha seguido adelante con la ayuda del Señor.

Pero ahora la iglesia se apresta a participar también de las que estuvieron en receso: La Escuela Dominical, reuniones femeninas, adolescentes (¿preadolescentes?), reuniones caseras etc. Damos gracias a Dios porque también se han reanudado el 16 de febrero las reuniones de matrimonios, que rogamos a nuestro Dios y Padre sean consolidadas y fructifiquen para el crecimiento espiritual y la profundización de la comunión cristiana.

La diversidad de actividades hace evidente la necesidad de que cada miembro del cuerpo de Cristo con los dones con que el Señor lo capacitó, esté preparado, dispuesto para hacer la parte que le corresponde. Aún estando todos alistados somos un número insuficiente para hacer todo lo que se podría realizar, por eso es más sensible aún cuando no aportamos lo nuestro.

Hay actividades que con algunos siervos del Señor preparados a punto pueden desarrollarse con toda normalidad en presencia de la iglesia, pero otras necesitan número considerablemente mayor para funcionar con propiedad, por ejemplo la Escuela Dominical. Si sumamos los maestros y colaboradores de cada una de las clases, conducción del canto, músicos para el acompañamiento a veces alguna breve lección ilustrada por hermanos "en vivo" etc. y esto multiplicado por dos: Barrio Sarmiento y La Florida llegamos a la evidente conclusión de cuán necesario es cada hermano, cada siervo facultado para ello por el Señor.

Puede haber en la iglesia otros hermanos que no estén llamados para algunas de estas actividades, pero todos sabemos que en las congregaciones el Señor ha provisto hermanos con dones que en 1ª Corintios 12:28 se los define como "los que ayudan" y ¡vaya que son necesarios!.

Además hacemos hincapié en otra actividad para la cual todos sin excepción estamos capacitados y en la Palabra de Dios de tapa a tapa se destaca su importancia: La oración. No basta que los siervos se activen, por eso buscamos la presencia y bendición del Señor en cada uno de ellos. Para que la iglesia cumpla con su misión en la tierra, debe depender del Señor de la Mies.

Hermanos: Oremos los unos por los otros. Para cada uno de nosotros toda la iglesia es de suma importancia; para la iglesia somos de suma importancia cada uno de nosotros.