sábado, 28 de mayo de 2011

LA IDENTIDAD DEL CRISTIANO por: José M. Zorrilla

Uno de los dramas mas grande del ser humano es "no tener identidad" , con esto se quiere decir no conocer su identidad, porque identidad sí o sí tiene.

La Biblia, que es la Palabra inerrante e inmutable de Dios, declara enfáticamente que todo aquel que ha recibido a nuestro Señor Jesucristo sinceramente, con un previo y genuino arrepentimiento, es hecho por gracia y por el poder de Dios, hijo de Dios. (San Juan 1 : 12-13)

Es la verdad revelada que somos hijos de Dios, tal vez porque el tema sea sumamente relevante y de una magnitud tremenda, no se le ha prestado la debida atención, no lo hemos pensado detenidamente, o quizás no ha sido asimilado el tema con la debida responsabilidad.

De tal modo que la mayoría de los creyentes desconocen o parecen desconocer la realidad, que se presenta como un tema casi sin discusión; y es que al momento de recibir a Cristo en el corazón, Dios produce un nuevo nacimiento espiritual, pero tan real como un nacimiento físico. (San Juan 3:5-8)

Una de las razones por la cuál no se percibe la identidad, es por ser niño, o bebé; es imposible a un bebé comprender o explicar donde nació, donde vive,o quién son sus padres, la realidad es que ha nacido, tiene vida, y por tanto IDENTIDAD, aunque él la desconozca.

De allí en adelante depende de otros al principio para crecer, y luego él mismo va tomando responsabilidad de alimentarse, una señal de la vida es que tiene que comer, crecer y madurar y así conocer su IDENTIDAD, además deberá ser limpiado, (aseado), deberá beber y respirar buen aire, y a medida que va creciendo tendrá conciencia, responsabilidades, y capacidades hasta el punto de poder dar explicaciones de su identidad, detalles de sus padres y medio ambiente. Lo más difícil, pero de suma necesidad es que viva de acuerdo a su identidad, así como el espíritu del hombre da sentido de personalidad, y cada uno sabemos quienes somos y aún podemos distinguirnos de todos los demás, también sabemos que somos una persona diferente, por el origen, la crianza y la educación.

La persona del Espíritu Santo en el corazón, mucho más perfecto y eficaz que el espíritu humano, da testimonio a la conciencia del creyente, ( la voz de Dios dentro del hombre), que somos hijos de Dios (Romanos 8:16). Tanto es así que si alguno; por más que diga que es cristiano o esté anotado en alguna nomina de iglesia, y no tiene al Espíritu Santo, EL TAL NO ES CRISTIANO, NO ES DE CRISTO (Romanos 8:9)

Ahora bien : ¿ para que sirve la identidad ?." Es el patrón de vida", El carril por donde circular, actuar y desarrollar las acciones de la vida, semejante o en concordancia a su origen, a su identidad, el ejemplo supremo; como siempre en todas las cosas es nuestro Señor Jesucristo, el modelo perfecto:

1) Como Hijo de Dios vivió en completa y perfecta libertad, (Romanos 8:15), su decisión fue siempre hacer la voluntad del Padre Celestial, porque reconoció que es una voluntad perfecta y digna de ser desarrollada, la perfección del Señor se reflejó en que: "la voluntad de Dios hizo siempre" (San Juan 8:29)

2) Como Hijo se mostró DIDACTICO, es decir dispuesto a aprender y a enseñar, ¿ Porque?: porque era , aunque era Hijo de Dios aprendió la obediencia, estuvo abierto a conocer los principios de su Padre y HACERLOS, es decir a poner por obra la doctrina aprendida, en su vida se cumplió cabalmente el Salmo 1:1-3. (comp.Hebreos 5:7)

3) En tercer lugar concretó la obediencia, en definitiva esté era el punto visible de su conducta. La obediencia manifiesta la honra del Padre, por ser una acción visible de la conducta, de la misma manera que las obras manifiestan la fe, la obediencia hace visible las actitudes del corazón, y así podemos mostrar la gloria de Dios, al reconocer su autoridad y soberanía (getsemaní en San Mateo 26:39-46)
4) Lo lícito de buscar cada uno su identidad, porque es fundamental para desarrollar una vida fructífera, de tal manera que la Biblia, la Santa Escritura de Dios fue escrita para que sepamos que tenemos vida eterna (1ª Juan 5:13). Saber que los cristianos tenemos vida eterna, significa que tenemos un origen divino, porque Dios mismo nos dió vida , por gracia juntamente con Cristo, cuando estábamos muertos en delitos y pecados (Efesios 2:5)

5) La vida eterna proporciona un destino eterno; tener este privilegio significa que nuestro destino es glorioso y trascendente, como que vamos a estar con Cristo para siempre, y que será en una dimensión donde la ley del amor es suprema y el poder de Dios, es el AMOR, el mas grande del universo (Apocalipsis 5:10, notar que reinaremos sobre la tierra ..... para Dios)

6) LA PREGUNTA ES: ¿Y AHORA QUÉ?. Qué de nuestro presente, si en realidad tenemos en nuestro corazón, una persona divina; como es Dios Espíritu Santo, tenemos IDENTIDAD DE HIJOS DE DIOS. Una de las acciones más relevante que EL ha realizado es derramar amor en nuestros corazones (Romanos 5:5). De tal modo que una vida plenamente desarrollada de acuerdo a nuestra identidad: ES UNA VIDA DE AMOR. Amor al Señor que nos amó primero, y que amó hasta los enemigos, se identificó con su PADRE CELESTIAL, y CON LA OBRA DE SU DIOS, EN UNA VIDA TOTALMENTE COMPROMETIDA Y ACTIVA. (San Juan 5 :36)

7) EL SUPREMO OBJETIVO LOGRADO: Su propósito, como debe ser el propósito de todo hijo de Dios , es GLORIFICAR A NUESTRO PADRE CELESTIAL. La manera que mostró el Señor y que expresó en San Juan 17:4. Es hacer las obras que EL preparó de antemano (Efesios 2:10). En la gloriosa oración sacerdotal el dice que había terminado la obra que el Padre le dió para hacer. Y nosotros?... no tenemos otra misión que glorificar a nuestro Dios. Es hacer su obra, y anunciar las virtudes de aquel que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable. La manera es predicar y vivir con compromiso y responsabilidad, de tal modo que con autoridad hagamos realidad tan grande privilegio. Que EL de su voluntad nos ha otorgado por gracia en los méritos de nuestro Señor Jesucristo a Quién debemos una respuesta de gratitud (Hebreos 12:28). SOMOS HIJOS DE DIOS, VIVAMOS COMO HIJOS DE DIOS.
¡Así Sea!