lunes, 10 de enero de 2011

EL SACRIFICIO ESPIRITUAL por: José Miguel Zorrilla

"Vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales agradables a Dios por medio de Jesucristo" 1ª Pedro 2:5

Una de las grandes doctrinas que surgieron a luz en tiempo de la reforma de Lutero, y en la pos-reforma y especialmente en el siglo diecinueve, cuando los hermanos comenzaron a juntarse de distintas confesiones de fe, fue el hecho que todo creyente es un sacerdote, (con las reservas del caso, también cada hermana es un sacerdote), y está establecido para presentar sacrificios espirituales a Dios por medio de Jesucristo.

El tema tiene una amplia consideración en las Escrituras y trae al creyente mucho estímulo, orientación, gozo, pero al mismo tiempo despierta nuestra responsabilidad, para el ejercicio de tan privilegiada función.

El ejercicio del sacerdocio y por tanto los sacrificios espirituales en el Nuevo Testamento se hacen pragmáticos y son expresados en modo imperativo: "Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional (o inteligente) (Rom. 12:1); después de todo el desarrollo teológico del libro de Romanos, con su paréntesis de los capítulos 10 y 11 para hablar del pueblo de Israel y su restauración.

Sacrificio vivo; es una contradicción de términos que expresa lo mismo que enseñó El Apóstol Pedro, como una nueva y piadosa manera de vivir (2ª Pedro 3:11-17). A veces el creyente sueña con asemejarse a Jacobo o Esteban, tener ese coraje para morir por Cristo dignamente, es decir ser mártir, don que da Dios y que sirve sólo para una vez, pero ser un sacrificio vivo significa tener la misma valentía y fervor para poner todos los días y cada uno de nuestros días sobre el altar de la vida y hacer la voluntad de Dios. Entonces sería así nuestra oración: Señor aquí está mi vida para hacer tú voluntad siempre, cueste lo que cueste.-

Pero hay un aspecto muy profundo en las decisiones de donde emergen las acciones, es la verdad en lo íntimo que Dios ama (comp. Salmo 51:6)

Cuando Saúl recibió la revelación de la voluntad de Dios y él fue a la batalla contra Amalec; (1ª Samuel 15:3-5), sucedió que su obediencia fue a medias, así que Saúl y el pueblo perdonaron la vida de Agag y lo mejor del ganado y de las ovejas (1ª Samuel 15:9); haciendo él su voluntad y no la de Dios. Ésta actitud pesó en el corazón del Señor y Saúl fue desechado, aunque en parte había obedecido como él quería, y lo más oscuro es que puso como excusa ofrecer un sacrificio a Dios. Parecía buen trofeo a sus ojos, un rey y un excelente ganado; pero en lo íntimo Dios sabía que había buscado agradarse a sí mismo.

Otro caso de falta de verdad en lo íntimo, lo tenemos en el sacrificio a los baales por parte de Elías (1ª Reyes 18). El mismo fue un sacrificio atípico y excepcional, (como en caso de Ananías y Safira en el Nuevo Testamento), tomados como juicios de escarmiento. Era así porque Elías no era sacerdote sino profeta, pero Dios lo permitió.

Todo estaba preparado, el altar, la leña, el animal; en este caso un buey, fue hecha una zanja alrededor del altar y llega el momento del sacrificio, un holocausto en este caso (sig. "todo quemado"), y viene la invocación a Dios; leemos en 1ª Reyes 18:36: "se acercó el profeta Elías y dijo: " Jehová Dios de Abraham, de Isaac, y de Israel, sea hoy manifiesto que Tú eres Dios en Israel, y que yo soy tú siervo, y que por mandato tuyo he hecho todas estas cosas". Todo bien => PERO HAY UN SILENCIO DEL CIELO Y PESA EN EL CORAZÓN DEL SIERVO DE DIOS, vs.37: "Respóndeme, Jehová, respóndeme... y allí surge la reacción de Elías, se da cuenta que se había puesto a la altura del Señor. Y él a nadie dará su gloria; (ver Isaías 42:8). Y la exhortación está en el Salmo 29:2:"Dad a Jehová la gloria debida a su nombre". En 1ª Reyes 18:37: Elías se rectifica allí mismo y su segunda oración es significativa y un tanto diferente: " ...Para que conozca este pueblo que Tú OH JEHOVÁ, eres el Dios, y que Tú vuelves a Ti el corazón de ellos". vs.38: ENTONCES CAYÓ FUEGO DE JEHOVÁ..."

Como dijimos, el sacrificio del cristiano abarca un amplio espectro en su función y forma práctica, como desarrollarán los hermanos en éste número de la revista, pero la grosura que era la excelencia del sacrificio, y llevado a los sacrificios espirituales, que también tiene su excelencia y está en la absoluta obediencia, emergente de la honra que merece nuestro Señor, por lo tanto debemos prestar ATENCIÓN, NO TANTO A LO QUE HACEMOS, SINO A CÓMO LO HACEMOS.

Samuel le dice a Saúl que el prestar atención a la voluntad de Dios, era mejor que cualquier sacrificio, (1ª Samuel 15:22), para no robar la gloria a Dios, porque no hay peor ladrón que el que intenta robar la gloria al Señor, que por otro lado es imposible, y no puede irle bien a ninguno en su intento.

Dios no puede ser burlado, todo lo que el hombre siembra eso también segará (Gálatas 6: 7). Por lo tanto aunque ofrezcamos a Dios sacrificios de labios, que tal vez sea el sacrificio que está al alcance de todo creyente, debe ser realizado con absoluta sinceridad y verdad en lo íntimo, y que el hecho lleve la GLORIA DEBIDA AL GLORIOSO NOMBRE DE NUESTRO GRAN SEÑOR Y SALVADOR JESUCRISTO.